EIC instala acelerógrafos en la Facultad de Ingeniería para medir y registrar los movimientos sísmic
Proyecto corresponde al trabajo de título del estudiante de último año Tomás Orrego.
“La tarea no ha sido fácil, pero sí muy entretenida”, así califica Tomás su incursión en el uso de estos instrumentos los que, al ser de segunda mano, requirieron bastante mantención y largas horas de lecturas de manuales en diversos idiomas para poder hacerlos funcionar.
Esta propuesta innovadora tuvo sus cimientos cuando el estudiante estaba finalizando su práctica profesional. “Pablo me comentó que algunos profesores tenían pensado implementar estos instrumentos en la facultad para determinar características y parámetros dinámicos de la estructura, amortiguamiento, cuáles son los periodos de vibración del edificio, y además poder registrar sismos, me dijo que podía ser mi trabajo de tesis y eso lo encontré muy entretenido”.
Al escuchar la propuesta Tomás consideró que era una gran desafío y aceptó la misión, no sólo por la complejidad del tema, sino también por la oportunidad que tenía de aplicar toda la materia que había aprendido durante sus años en clases.
A principio de año comenzó con este trabajo. Todo el primer semestre se dedicó a analizar los instrumentos, implementarlos y dejarlos conectados. Además estudió y comprendió el modelo computacional y consiguió los planos del edificio, “hubo harto trabajo de aprendizaje en cotizaciones, estudio en campo, pero no me quiero llevar todo el mérito ya que ha existido un trabajo en conjunto con los profesionales de ingeniería eléctrica quienes me han explicado el funcionamiento de los acelerógrafos. Esto es lo gratificante de este proyecto, que dos carreras se unan para lograr un objetivo en común”.
Según comentó el estudiante de último año, la idea de este proyecto nació de su práctica profesional en Carozzi, donde estuvo trabajando con el profesor Pablo Alcaíno, “nuestro rol fue hacer un análisis de vibraciones en una máquina de la empresa que generaba movimientos muy fuertes provocando preocupación debido a posibles fallas en la losa”.
Lo que hizo la empresa fue instalar acelerógrafos para registrar las vibraciones que eran periódicas, muy características, y fáciles de analizar. “La idea era determinar cuál era el periodo natural de vibración de la losa y cuál era producido por la máquina, y se dieron cuenta que estaban muy cercanos, casi en un rango de resonancia, por lo que cualquier variación en la frecuencia podía generar problemas estructurales”.
Observando todos esos análisis, junto con los antisísmicos, y viendo cómo se relacionaban los ramos de estructura, dinámica, entre otros, Tomás se dio cuenta que el trabajo no iba a ser menor, y que esto sólo es el puntapié para desarrollar otros estudios. “la instalación de estos instrumentos es el inicio, después se pueden colocar aisladores en algunos edificios y ver cómo se comportan. Las aplicaciones son numerosas”.
Mejorar los modelos
“Pocos edificios en la zona cuentan con estos instrumentos”, así lo indicó Pablo Alcaíno, profesor guía de Tomás y uno de los propulsores de esta innovadora idea. “la misión de estos aparatos, que instalamos hace un par de meses en algunos pisos de la facultad, es medir y registrar los movimientos sísmicos del edificio. La estructura va amplificando el movimiento, entonces nuestro trabajo consiste en calcular cuánto se amplifica, crear modelos computacionales, y diseñar la estructura para que soporte la vibración”.
Una meta a largo plazo, cuenta el académico, es en algún momento sentarse junto al comité de normas y colaborar en la modificación de las leyes para la construcción, “vamos a medir durante mucho tiempo, y toda esa información recopilada nos va a servir para hacer las consideraciones a la norma existente, reforzar algunas, eliminar otras. Además vamos a compartir los registros obtenidos para que puedan ser analizados públicamente, queremos ampliar las bases de datos”.
Existen cinco acelerógrafos, pero sólo cuatro de ellos están en funcionamiento. “Queremos buscar la forma de mostrar los registros obtenidos instalando pantallas en los pasillos, con unas placas informativas que expliquen a qué corresponde cada señal, e incluyendo un esquema del edificio mostrando los puntos donde están los instrumentos.
Existe un quinto aparato que lo queremos utilizar con fines educativos, para ir a terreno, ir a comunidades, instalarlos y explicarles a las personas su funcionamiento y que aprendan a leer los datos”.